jueves, 20 de febrero de 2014

I'm here.

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Las lágrimas son la mayor manera de expresión de los sentimientos; ya tanto de felicidad o como de tristeza. Yo suelo soltar muchas lágrimas. Cuando río, sobre todo. Ahora, por ejemplo, las lágrimas acompañan mis carcajadas, no soy capaz de dejar de retorcerme, y no por otra cosa que el dolor y la falta de aire que la risa me está produciendo. Él siempre consigue hacerme reír de esta manera. Vale, sí, quizás soy una chica de risa fácil, pero nadie me hace reír como él, que, ahora, satisfecho de haberme echo explotar en carcajadas, sonríe de oreja a oreja, observándome; como siempre hace. Quizás por eso me gusta tanto, por que hoy está aquí, haciéndome reír, y mañana también. Quizás adoro cada momento con él, por que es increíble.
Como todo lo contrario a mi, el nunca ríe, y el brillo de sus ojos ya no está. Aquella chica, del pelo naranja se llevó aquello, y ahora, yo solo trato de intentar devolvérselo, y sueño con que un día lo haré, y podré enseñarle a querer de nuevo.
Siempre trato de pensar como será su sonrisa de verdad, esa que va acompañada del brillo vivo de sus ojos, y también, imagino que me mira a mí, como entonces la miraría a ella, y quizás, algún día lo consigo, ¿Quién sabe? Pero como aún sé que no, solo puedo tratar de imaginar que un día lo consigo, que podré darle todo lo que aquella chica le quito. Me conformo con el echo de tenerlo siempre, haciéndome reír, que tenerlo un día, con mil besos que para el no significarían nada, y que sea una más, de su lista sin final. Sé que ahora saldrá por esa puerta, irá a algún sitio, con alguna otra chica, que la hará sentirse querida por una noche, pero me tranquiliza saber que mañana volverá, me contará alguna historia de la noche, me hará reír, y estará conmigo. 
A lo mejor, algún día soy yo la única de su lista. Esa que le hace sonreír, pero sé que nunca llegaré a conseguir lo que esa chica consiguió, y la odio, por que se llevó esa gran parte de él, esa parte que podría haberme dado a mi, yo no hubiera jugado con esta hasta haberla roto.

-¡Ey! ¿En que piensas, enana?
-¡Nada, tonterías!
-¡Tú siempre piensas en tonterías!

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