domingo, 18 de mayo de 2014

I'm afraid.

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Empino mi botella por tercera vez en la noche. Ya he dejado de contar estrellas. He dejado de contar besos, he dejado de contar caricias. Me he limitado a sentarme en una estación de 'Villa Pena'' esperando que venga un tren para poder montarme, que las cosas cambien. Una vez me dijeron que podrían enseñarme ese sitio donde los sueños son creados, donde las ilusiones se recogen y la esperanza se reparte; una vez más me vi en Villa Pena con las manos vacías, y las cosas seguían iguales. Aquí y allí, me han mentido, aquí y allí he luchado por cosas sin haber ganado. Seamos cuerdos, en Villa Pena si ganas, es cuando dejas de vivir aquí, cuando el tren viene. Pero el mío nunca viene. Me he preguntado muchas veces que pasará en mi vida, que será de mi, sobre todo si me quedo en este triste lugar. Me he sentado en una silla, viendo como la gente pasaba, como me decían que todo saldría bien, pero no ha sido así. Necesito escapar. Estoy cansada. Ya no se como decirlo. La gente parece que pasa a mi alrededor y miran sobre mi hombro como si lo que estuviese sentado en esa silla fuese un bicho feo. Me ahogo.  Necesito huir. Quiero salir de toda esta mierda, quiero que dejen de haber bombas y verme salpicada de ellas, más bien empapada. Necesito correr, perder el control, gritar tan fuerte que me escuchen fuera de Villa Pena. Necesito vivir mi vida, que me hagan caso, no tener que llevar un cartel que ponga 'Hola, existo'. ¿Y a quién le importa esto? ¿Quién vendrá de la nada y me dará ese abrazo que me quite el sentido, ese abrazo que sin pedirlo me lo dan? Que más da. Pocas personas en este momento valen la pena en mi vida. Pocas personas me sacan del pozo sin fondo. Pocas personas me dan un poco de luz. Aunque yo sigo viéndome ahogada, me falta el aire. Quiero llorar y sin embargo ya no salen las lágrimas. Quiero decir todo lo que tengo que decir, quiero irme, quiero salir de aquí. ¿Volver? Eso no queda en la lista de cosas que hacer. Ya no sé a quién recurrir, parece que todo el mundo está en las buenas, pero en las malas se olvidan de mi. Quizás hoy, domingo 18, he explotado, quizás hoy, estoy admitiendo que no puedo más y que me rindo ante todos, que dejo de ser tan orgullosa y decir que estoy bien, que soy feliz, por que no es así. Puede que sí, que sea una niña infantil, inmadura, y que me falte mucho por vivir, pero yo hago todo lo que está en mi mano para aprender, para que mi maldito tren aparezca, para que las sonrisas que más quiero no desaparezcan de mi lado, pero ¿ellos? ellos cogieron el maldito tren hace tiempo, y yo me sigo viendo estancada en la estación, viendo pasar trenes y llevarse gente, sigo viéndome vacía, y que necesito dos hostias en la cara.

Quiero que los cuentos de hadas vuelvan.

viernes, 2 de mayo de 2014

LSN

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Los días eran todos iguales, era difícil levantarse de la cama cuando sentías que no tenías nada por lo que levantarte. Era difícil pasar horas mirando la pantalla del móvil, esperando una llamada, un mensaje, algo que devuelva mi ilusión, pero nada de eso pasaba. Todo era triste, ¿por que levantarse? ¿Por que sonreír? ¿Se me daba bien tapar mis lágrimas entre risas? Caminar despacio, siempre con la mirada perdida. No importa el aire que respire, me sigo ahogando.  ¿Por que de repente las cosas cambian tanto? ¿Por que estabas y ahora te has ido? Es lo único que mi cabeza era capaz de pensar.
Pero tenía que levantarme ¿no? Tenía que empezar a encontrar la magia en los pequeños momentos, tenía que saber que era hora de dejar las cosas pasar. Pero si no lo hacía ¿que pasaría conmigo? Era tan estúpida, que me callaba las cosas, hasta a mi misma me murmuraba que era feliz, tratando de convencerme de una clara mentira; si me lo repetía mucho, quizás me convencía de ello. No sabía que tenía que hacer, no sabía a donde mirar cuando todos me apuntaban a mí. ¿Debía correr y huir? ¿O quedarme parada y aguantar, fingir ser fuerte? Veía todo tan triste, que era difícil encontrar esa magia.
Pero, no todo tiene que ser malo siempre. Por que puedes estar encerrado en un habitación, peleando con tu corazón, y tu cabeza, y que pierdas esa pelea y te quedes sin nada, pero puedes salir de esa habitación y dejar de pelear, simplemente por buscar sonrisas sinceras y no esa máscara que llevas. ¿Por que no pensaba eso antes? Por que aquello que me mata me hace sentir viva.
Aún así, no quería tocar fondo, no quería ser esa chica de la sonrisa rota, o esa chica que no tiene brillo en los ojos. Ya era tarde, por que me encontraba encerrada en una habitación llena de fotos, con toda la historia de mi vida. Miraba las fotos, una por una, y me preguntaba ¿que pasó con esa chica? No me daba cuenta de que, si no luchaba por misma, nadie lo haría. Vi tantas personas que han estado en mi vida y se han ido, otras tantas que se han quedado, y una, que se fue demasiado pronto, al menos para mí. Era difícil salir de esa habitación, podías quedarte encerrada para siempre, mirando lo que una vez el pasado fue, o podías salir, que era mucho más difícil que la primera, tenías que ser fuerte para salir, cerrar la puerta de esa habitación. Pero lo hice. Pude hacerlo. Y cuando salí, habían tantas sonrisas esperándome... 
Fue como si después de todo el dolor, después de casi tocar fondo, la vida empezara de verdad, aunque sabía que realmente no era así, pues todavía me queda mucho por pasar. Sonreí de verdad nada más salir, después de mucho tiempo sin hacerlo. Y todo se lo debo a las personas que estaban detrás de esas puertas, esas que sin ellas, seguiría viviendo en un invierno oscuro en el que siempre llueve.
Y gracias aquellas que me tiraron al suelo de un empujón y se rieron de mi, hoy no sería tan fuerte.
Ahora llegará la noche, saldré a la calle, sonriendo de nuevo, enseñaré los dientes al mundo, y volveré contando estrellas con la misma ilusión con la que lo solía hacer.