domingo, 7 de agosto de 2016

5.Whatever.

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En mis sueños todo es o extremadamente bonito, o extremadamente terrorífico. No suelo soñar, pero si lo hago, probablemente sea un sueño que me deje con un sabor extraño en la boca, un sueño muy bonito que al despertarme tenga que chocarme con mi realidad, aunque esta no me disguste, y querer abrazarme a ese sueño, o, puedo tener las peores pesadillas que nadie pueda tener. 
Hoy estoy teniendo un sueño bonito, poco puedo identificar, solo risas que mi mente las relaciona con los chicos, unos brazos cálidos que me rodean que mi mente los relaciona con los brazos de Enzo, breves imágenes de todos riendo juntos, pero yo aún en los brazos de Enzo, quien puedo verlo sonreírme, y besarme en la frente.

Escucho unos golpes que me despierta, unos golpes muy fuertes, abro un poco los ojos viendo algo de mi habitación, pero de nuevo mi sueño me vuelve a acoger, cerrando de nuevo los ojos, negando a despertarme. Pronto noto un peso sobre mi cama, pegando botes, y puedo escuchar una voz, la voz de Enzo gritando que me despierte, gritando que es mi día, que deje de ser tan dormilona. Me tapo hasta arriba con la manta, como si eso fuese a hacer que se callase o dejase de dar botes en la cama. En ese momento se tira encima de mi, dejando caer todo su peso, y yo, que estoy tapada entera, y aplastada por el empiezo a quedarme sin aire y me veo obligada a asomar la cabeza.
-¿Que quieres?-Tengo la voz ronca, es la voz de ''me han despertado y esa es la razón por la que estoy de mala hostia''.
-Dios, pareces un ogro.-Comenta al verme, algo sorprendido, mientras se levanta de la cama. Va vestido con unos pantalones negros, y una camisa de tirantes que le queda algo grande, lleva el pelo revuelto, lo que no es nuevo por que no suele peinarse.-¡Hoy es tu cumpleaños! Así que sal de la cama, vístete, por que abajo te esperan tus padres.
Ruedo los ojos, suspirando.
-Enzo, no quiero nada especial por mi cumpleaños, con comer pastel en el parque y tomar varias cervezas después en el mismo soy feliz.
-¿Quién ha dicho que yo vaya a hacer algo especial? Solo quiero pasar el cumpleaños de mi mejor amiga con mi mejor amiga por que es mi mejor amiga.
-Deja de decir mi mejor amiga por que me pones nerviosa.-Suspiro, mientras voy saliendo lentamente de la cama.
Mientras recojo mi cuarto rápido, el se sienta en la silla de mi escritorio, hasta que lo hecho para poder vestirme cuando me duche, cogiendo lo primero que encuentro en el armario, unos vaqueros y una camiseta de tirantes que me queda algo grande y para la que me pongo un top para que el sujetador no se vea feo. Salgo encontrándome a Enzo en el pasillo, este se me queda mirando de arriba abajo bastante serio y suspirando, me empuja de nuevo a mi habitación mientras dice;
-Es tu cumpleaños, cambiate, ponte más guapa, que siempre vas igual. Además, ahora vamos a salir.
Juro, que son de esos días, en los que no soporto a Enzo.

Salgo de nuevo ya cambiada, simplemente he cambiado el vaquero por una falda skater negra y un top del mismo color que deja ver como dos dedos de piel, y una botas militares negras. 
-Ahora está mejor.
Hago una mueca cuando este me da la espalda. No lo aguanto.

Bajamos a desayunar con mis padres, los cuales nada más verme me felicitan y me dicen todas esas cosas que se supone que te tienen que decir en tu cumpleaños de mayoría de edad, que si ya puedes entrar en la cárcel, que si me estoy haciendo mayor, que si pronto dejaré el nido, que si mi padre recuerda cada momento embarazoso de mi vida por que le entra el síndrome del nido vacío, y Enzo ayuda a que me sienta cada vez más avergonzada por cosas como enseñar mis bragas al chico de la guardería que me gustaba por que dentro de mi cabeza cuando era pequeña esa era una buena manera de gustarle de vuelta al chico que te gustaba.
Después mis padres me cantan cumpleaños feliz, mientras Enzo trae una pequeña tarta, para después regalarme tres libros, y un álbum de fotos personalizado para mí, lo cual me llega un poco más hondo de lo que esperaba, pero hago lo posible por que no se me note y por no soltar una lágrima. 
Cuando el desayuno, que dura bastante, acaba, termino yendo a peinarme, dejándome el pelo suelto y un poco revuelto por arriba pues Enzo dice que así me queda mejor que me lo deje así, y no me ha dejado en paz hasta que lo he hecho, finalmente, a instancia de mi mejor amigo también, he tenido que maquillarme.

Una vez lista he cogido mi móvil y las llaves para salir.
-¿Y dónde vamos?-Pregunto.
-Por ahora a mi casa, sabes que mi madre te compra un regalo todos los años, solo que este año no puede venir a traértelo como siempre y ha comer con tus padres por que después tiene que ir al médico, se ha estado sintiendo mal estos días.
-¿Está bien?
-Sí, pero se quiere asegurar.

La madre de Enzo es la mujer más positiva que jamás haya conocido, y quizás por eso me encanta, por que cuando las cosas se ponen difíciles (como cuando se separó del padre de Enzo) ella siempre encuentra el lado de bueno y la manera de que todo esté bien, incluso aunque ella se venga abajo. Y eso me encanta. Pronto al entrar me ofrece algo de beber, y me felicita, conversamos un poco con ella y me da su regalo, que para mi sorpresa no es un libro, y según ella, seguramente hoy me regalen muchos libros por que es lo que más me gusta, así que ella que quería darme algo diferente; un colgante pequeño casi pegado al cuello con el símbolo de mi saga favorita en plata. No sé ni como agradecérselo, así que ella acaba diciendo que se lo agradezca sobre todo a su hijo que fue quien lo encontró. Incluso hablo con la pareja de la mujer, Jim, que me cuenta que la noche de su mayoría de edad de verdad que acabó siendo arrestado, para después decirme que pasarse con la bebida y decidir que robar el gnomo de la vecina para después hacer pis en sus plantas no es buena idea, aunque parezca que lo es.

Salimos una hora más tarde, yo aún mirando mi nuevo colgante que no pude esperar a ponerme, caminamos hacia algún bar donde tomar algo y comer. 
-Sé que aún no te he dado mi regalo.-Comienza  a decir Enzo, cortando lo que estaba diciendo sobre lo bien que me cae la pareja de su madre.-Pero es que no sé que regalarte, así que tendrás que esperar, por eso quería pasar el día contigo.
-No te preocupes, te dije que no quería nada especial y el día ya está siendo más de lo que yo quería. Mi plan era levantarme, ponerme a leer, comer, seguir leyendo y después encontrarme con ustedes.
-Eres tonta.

Comemos en un bar ambientado a los bares americanos en los años 50, inspirado en el que sale en la película Greese, por lo que Enzo está feliz ya que hace dos de sus cosas favoritas en el mundo, comer y escuchar música que a él le gusta. 
Acabo tan llena de comida que tengo que esperar una hora a poder levantarme de la silla, en esa hora Enzo se ausenta como unas tres veces para ir al baño, pero no le doy la mayor importancia, supongo que con como ha comido no me extrañaría que tuviese fatiga y no quisiera decirlo por que no quería estropear nada. Salimos después y caminamos junto al río del pueblo, sin hablar de nada nuevo, y riendo por cada simple cosa.
Es lo que me gusta de él, podría decir la cosa más estúpida del mundo, que él solo se reiría y no le importaría.

Decidimos sentarnos a la orilla del río, metiendo los pies en este. Tenemos que descansar después de tal comida, y la caminata que llevamos. Miro mi móvil encontrándome mensajes de gente felicitándome por ser un año mayor, no respondo ya que me encuentro acompañada, solo me meto en el chat grupal en el que estamos todos, dónde los chicos ya me han felicitado, y les respondo a todos con una nota de audio, preguntándole sobre los planes de después. Después de una hora y media sentados charlando, el recibe una llamada, escucho solo lo que Enzo dice; ''¿Ahora?...mama, ve tu que estoy en la otra punta,...vale, vale, solo por el dinero...adiós''
-Tenemos que ir a la oficina de mi madre un momento

Caminamos un buen rato. Solo estuve una vez en la oficina de la madre de Enzo, fue un día que me puse mala en el colegio y mis padres no podían recogerme, así que ella me recogió, y me dejó en su oficina, recuerdo que era un lugar muy cálido y lleno de personas alegres, lo que no recuerdo, es que estuviese tan lejos.

Cuando llegamos Enzo saca las llaves del local al que hemos llegado, que no se parece nada a las oficinas, pero según él la empresa cambió de localización, así que no me extraño. Lo que si me extraña es un gran silencio que se forma cuando el abre la puerta y se coloca al lado de esta para que yo pase primero.
Entro, y veo las paredes decoradas con fotos mías, y con notas como post-it escritas, de todos, así como fotos colgando del techo con hilos, todo por el pasillo principal del local, y con pequeñas luces que dejan ver las fotos y que le dan un tono más cálido.
No soy capaz de dar el segundo paso, me giro hacia Enzo en busca de una explicación, pero me encuentro a este apoyado en la puerta, con una gran sonrisa de oreja a oreja, esas que pocas veces deja ver, así que me doy cuenta que es mejor no preguntar y tan solo seguir adelante, mientras voy andando lentamente, parándome a leer las notas, las cuales parecen escritas por muchas personas.
Me paro ante la puerta que hay al final del pasillo, temiendo abrirla, aunque Enzo me empuja a ello, diciéndome 'venga, ábrela'.
Estoy nerviosa y ni si quiera se por qué, he empezado a temblar, y es por ello que cuando abro la puerta la intento abrir dos veces en su lado contrario, hasta que por fin la empujo y paso dentro. Una música comienza y reconozco la canción muy rápido 'I'm still Here'' de la película del planeta del tesoro suena, y unas imágenes se proyectan en la pared, yo de pequeña, yo corriendo por la playa, yo con mis padres en un vídeo, yo con enzo en otro vídeo llenos de barro, yo más mayor con un libro entre las manos, sí, se van mostrando imágenes que siguen mi crecimiento y a muchas personas que han estado en mi vida, así que pronto noto mis mejillas mojadas, aunque trato de esconderlo rápido, sabiendo que Enzo se encuentra detrás mía. Cuando el vídeo acaba, salen todos los chicos, Christian, Mark, Aria, y Adam, cantando cumpleaños feliz, acompañados de muchos más, Gin, algunos compañeros de la clase de literatura,  otros amigos de los bares a los que solemos frecuentar, todos reunidos en una misma habitación; pero lo que más me gusta es que los más importantes ya están aquí.
Cuando acaban y colocan la tarta delante de mi para que sople las velas, las soplo lo más rápido posible para abalanzarme en los brazos de Aria y que nadie me vea soltar lágrimas de la emoción, ya que no me gusta que me vean llorar aunque sea de felicidad, y Christian, Mark, Adam y Enzo se abalanzan rápidamente a abrazarme, y haciendo que acabe riendo por las quejas de Christian por tener que abrazar a Adam.
-Bueno, di algo, que solo has llorado.-Dice Aria cuando me separo de ellos, colocándome una mano en el hombro.
-Que sois tontos todos, que..-Aprieto los labios haciendo una mueca y haciendo que todos rían.
-La llamada de antes era falsa.-Habla ahora Enzo, quien está detrás mía rodeando con un brazo los hombros de Gin.- Era Christian, diciéndome que ya podía venir, y que parecía estúpido fingiendo que hablaba con mi madre.
-Bueno, ¿comemos la tarta?-Propone Mark, poniéndose a mi lado y colocando su mano sobre cabeza para después despeinarme.

Nos sentamos todos en una mesa ya preparada para comer la tarta, allí charlamos sobre cosas, Christian está tratando de impresionar a una chica de mi clase de literatura, Mark charla con Damon y Harry, unos chicos del pub, y Gin con María, una chica que también conocemos del pub.
-¡Es hora de los regalos!-Exclama Aria, levantándose, yendo a una habitación que hay dentro del local que es donde tienen colocados todos los bolsos. Saca una bolsa, con una sonrisa de oreja a oreja.- Esto es de Adam y mío.-Me lo tiende, y yo lo cojo abriéndolo.
Abro los regalos uno a uno; el primero, un libro que comenté que quería, el segundo, un cd con todas las canciones que han formado nuestra amistad, lo cual, hace que me entren ganas de llorar, y el último, un montón de fotos sacadas como en polaroids y todas con una nota del día que fue, preparadas en un hilo para que las pueda colgar en mi habitación. Rápidamente abrazo a los dos, muy fuerte.
Christian y Mark me regalan un vestido, al parecer Aria les ayudo a elegirlo, es un vestido pegado al pecho y con la falda de vuelo, negro, con los tirantes de un encaje precioso. También abrazo a los dos, y christian deja caer como treinta veces lo buen amigo que es, mientras Mark y los demás en la habitación solo ríen.
Aparece después Enzo, colocándome una mano en el hombro, para que me gire hacia él. En sus manos lleva una bolsa.
-Sé que antes te dije que no tenía regalo para ti aún, pero era mentira, me he pasado el día entero mintiéndote. Eres mi mejor amiga, Avril, más bien mi hermana, y hoy cumples la mayoría de edad y todos los presentes sabemos lo buena que has sido siempre, que a veces de buena, te toman por tonta. Te quería hacer un regalo bonito, y ponerle mucho esfuerzo, ya sabes, el año que viene quizás nos separemos por que aún no sé que camino voy a coger, así que quería que fuese especial. Y si no lloras, ya encontraré la manera de hacerte llorar hoy.
Río ante su último comentario, Gin se coloca de nuevo junto a él, y está sonriendo mirando a Enzo, quién me mira con grandes expectativas a que abra el regalo. Abro la bolsa.
Dentro encuentro un cuaderno.
-Ese es solo mío.-Escucho la voz de Enzo junto a mi.
Al abrirlo veo fotos de los dos de pequeño de portada, muy decorada, con dibujos preciosos que seguramente haya hecho el, y lo sé por que es su estilo de dibujar. Sigo abriendo página por página y están nuestros mejores momentos, acompañados de frases, de bromas internas de nosotros, todas nuestras fotos hasta la última que nos hicimos la última vez que tuvimos nuestro día especial.
Noto que las lágrimas se van a salir y trago, no quiero llorar de nuevo.
Le doy un abrazo y escondo la cabeza en su pecho.
Mis lágrimas empujan por salir cuando el me aprieta con fuerza y riendo.
Pero me separo rápido, al sentir la risa y los 'ohh' de los presentes. Gin incluida.
-Gracias.-Le sonrío.
-Bueno, llego el momento de beber ¿no?-Pregunta Christian.

Asiento con una sonrisa, no suelo beber alcohol, bueno miento, si suelo, pero no me gusta ponerme borracha, odio eso. Me gusta el sabor, no la sensación, pero hoy, si me paso, tampoco me importaría. Pronto Mark y Enzo se ocupan de poner la música, y Christian de preparar las bebidas que  ha sacado de una mini-nevera que había en el local,  con ayuda de Adam y Damon, a quién parece haberle gustado una compañera de la clase de literatura y trata de impresionarla.
Adam trae hacia mi el primer cubata que prepara, yo le sonrío de respuesta.
-¿Te está gustando este día?-Pregunta, mientras yo le doy un sorbo.
-Me está encantando. ¿Desde cuando lo lleváis preparando?-Me coloco junto a él para ayudarlo a servir bebidas más rápido.
-Desde la semana pasada, cuando fuimos a hacer los planes de verano en tu casa, después de eso, nos quedamos en el patio de la casa de Enzo mirando cosas para hoy. El plan era que el te distrajera todo el día, para que miraras el móvil lo menos posible y no quedases con nadie, o que no te extrañases cuando no te respondiéramos cuando nos preguntaras de quedar. Aunque Enzo también quería pasar el día contigo.
Sonrío y alzo la mirada hacia donde se encuentra Enzo, quién mira a Gin de una manera que nunca había visto mirar a nadie.

Y dentro de mi, sin saber bien por qué, siento una punzada.

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