domingo, 24 de julio de 2016

3.Whatever

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Mantengo la mirada fija en el techo. Bostezo. No tengo sueño, pero igualmente, tengo ganas de seguir durmiendo, por que dormir es lo que más me gusta en esta vida. De manera perezosa saco el brazo de mis mantas, en busca del móvil, palpando en la mesita de noche que se encuentra al lado de mi cama. Una vez he dado con este lo cojo mirando los mensajes, encontrándome dos de Aria, uno de Adam y varios en el chat que tenemos todos en común. Abro primero el de Aria.

''Ayer tuve que soportar a la novia de tu querido mejor amigo hablar de Enzo durante todo el camino. Tuve que aguantar las ganas de echar hasta la primera papilla''

Le respondo con risa y; 

''Ya sabes que la soporto por Enzo.''

Después me meto en el chat del grupo, leyendo este por encima, Christian hablando de una chica, Mark preguntando si vamos a salir y preguntando a Aria si se va a conectar a un juego Online, todos menos Adam, Enzo y yo han hablado. Quizás por que Enzo aún no se ha despertado, y es que son las diez de un domingo, el seguramente abrirá los ojos a las doce y no saldrá de la cama hasta la hora de comer.
Abro la conversación de Adam; 

''Ayer no te lo dije, pero lo siento por lo que pasó.''

Ruedo los ojos y respondo rápidamente.

''No te preocupes, en serio, no lo hiciste queriendo. Si fueras Christian me cuestionaría si abriste esa puerta de manera intencionada, pero contigo, sé que no''

Me meto en la conversación de Enzo, y  veo que no se ha conectado en todo el día, es domingo y usualmente los días como hoy no se levanta hasta bastante tarde, aunque no puedo evitar preguntarme si las cosas están bien entre nosotros, si he hecho algo que le molestara. Vale, solo hemos dormido una vez juntos, pero esa vez nos hemos despertado de la forma más intima posible, yo no soy cariñosa, aunque Enzo lo es mucho, pero es extraño. No sabría explicarlo. Y es que es un poco extraño con la persona que te has criado toda tu vida de una mañana a otra nos levantemos así. Pero pensándolo bien, solo soy yo pensando demasiado y él complicando las cosas. Siempre ha sido así; lo que me recuerda a cuando teníamos 13 años y tuvimos la pelea más fuerte que hemos tenido nunca. Solo duró una semana sin hablarnos. Se hizo la semana más larga de mi vida.

Aparto todos esos pensamientos de mi cabeza y me bloqueo la pantalla del móvil, para después levantarme y recoger mi cuarto.
Mi habitación es mi mundo. No es muy grande, pero es perfecta para mí, la pared de enfrente de la cama, la cual es coge el largo de la habitación entera de estanterías con libros, las cuales acaban en la puerta de la misma, la estantería se encuentra algo desordenada ya que a veces me pongo a rebuscar entre los libros, y acabo dejándolo todo mal, así que cuando hago la cama, que no es muy grande me pongo con la estantería. Junto a la cama y en la esquina de la habitación se encuentra mi escritorio el cual empieza justo donde termina la cama y acaba casi en la mitad de la otra pared, frente a esta esta la puerta de mi armario, el cual es como un almacén ya que en el se encuentra no solo toda mi ropa, si no mis zapatos, y entre algunas cajas con juguetes de cuando era pequeña muchos de mis secretos. Como mi diario, dónde cuento quién fue mi primer beso a los catorce, o donde cuento la primera vez que me rompieron el corazón o que un amigo me hizo daño, ya sabéis, cosas que no quiero tirar por que sé que de alguna manera u otra me arrepentiré.
Además mi habitación se encuentra llena de cosas, el poster de mi serie favorita, de mi grupo favorito, un montón de fotos pegadas  en forma de mural en la pared en la que da el lateral de la cama, con pequeñas luces al rededor para hacer esta más acogedora. Sin duda, mi cuarto es mi rincón y mi sitio favorito en el mundo, a parte, del sitio del que hable en el parque.

Una vez acabado de recoger el cuarto me tiro de nuevo sobre la cama agarrando el libro que me estaba leyendo. No termino de leer la primera página y mi móvil comienza a vibrar. No hay cosa que más odie que me llamen cuando estoy leyendo. Y Aria, siempre tiene esa puntería.
-¡Avril!-Grita cuando descuelgo el móvil, haciendo que separe un poco la oreja de él.- Necesito tu ayuda después, para el examen de Inglés. -Habla muy rápido, incluso me cuesta entenderla al principio.- Pero el día está muy soleado como para desaprovecharlo, ¿que te parece si nos vemos en el río? Y me ayudas, y hablamos, y no sé. ¡Por fiiiiiiiiiiiiisss!
-Pero si para ese examen casi no hace falta estudiar, con que te mires el vocabulario es suficiente.
-¡No es mi culpa que se me da tan mal! En serio, vamos, ayúdame, es mi último examen, y mi verano depende de esa asignatura.
-Venga, vale.
Aunque Aria está en letras, como todos el grupo, se le da fatal el inglés, aun no entiendo por qué, pero nunca pasa del cinco o del cuatro. Nunca elige ningún idioma en sus optativas, sin embargo, el inglés es obligatorio y es algo que ella odia.
-Pues a las seis te veo allí. No tardes. No me hagas esperar.-Vuelve a hablar rápido, y cuelga.

La mañana y la tarde pasa rápido, pues me la paso metiendo la cabeza en un nuevo libro que me estoy leyendo. Cuando veo que la hora se va acercando me meto en la ducha y me pongo lo primero que encuentro; unos pantalones y la camiseta de una serie, dejando que mi pelo se seque al aire y sin ni siquiera maquillarme.
El río de dónde vivo, lo cual es un pueblo casi ciudad, es bastante calmado, casi sin agua, excepto cuando llueve, que es entonces cuando incluso puede desbordar. Solo hay un sitio pequeño en el que puedas estar completamente como una orilla, y para ello tienes que bajar con cuidado por una cuesta empinada y después saltar unas rocas que están puestas en modo de escalera, para que la gente baje, aunque nadie lo suele hacer, a no ser que un día haga mucha calor, entonces bastante gente viene a tumbarse al sol con los pies en el agua.
Cuando llego Aria ya está allí, y como no, va acompañada de Adam, tiene el libro de Inglés en la cabeza haciendo una especie de mueca con la boca, que queda vista, a su hermano.
-Tratar de tragarte el libro no va a servir para que te lo aprendas todo.
Aria se quita el libro de la cabeza volviendo su atención a mí, al igual que su hermano.
-¡Mi salvación!-Grita entusiasmada, mientras yo me siento junto a Adam para quedar en frente de Aria.
Pronto comienza una discusión entre los dos hermanos que me deja a mi fuera de lugar, Adam no para de repetirle que por qué se metió en letras si lo suyo es ciencias sociales y ella no para de repetirle que es por que ella no se quería separar de nosotros. Es un poco estúpido, pero no quiero entrar en la pelea por que Adam ya está diciendo todo lo que yo diría.
Se pasan así como media hora hasta que, cansada de mirar mis redes sociales en busca de algo interesante alzo la cabeza y miro a Aria.
-¿Os vais a llevar así toda la tarde o empezamos?
-Vale, vale.
Comienzo a explicarle a Aria los puntos del temario que no entiende con la ayuda de Adam, una vez explicados y memorizados por parte de ellas nos quitamos los zapatos y lo metemos en el agua del río para refrescar estos. Aunque no haga calor, se siente realmente bien tener estos.
Es lo que más me gusta de mi pueblo, hay mucha naturaleza, y puedes salir a perderte por el canal que este tiene, por el parque inmenso con su pequeño bosque, o puedes venir al río a relajarte. Aún así tiene cosas de las grandes ciudades, pero sin todo ese estrés que se respira, y sin toda esa contaminación. Sin embargo, este sitio es como una ciudad sin salida. O al menos, es así como yo lo veo.

Pronto Aria y yo estamos en mitad del río jugando, echándonos agua, corriendo con cuidado por que te puedes resbalar, hasta que mi móvil suena, y Adam que se encontraba en la orilla riéndose de nosotras me pasa el teléfono.
-¿Estás en casa?-Es lo primero que dice Enzo cuando respondo el móvil.
-No, estoy en el río con Aria y Adam, ¿por qué?
-Pues voy hacia allá.
-¿No se supone que los domingos son los días que pasas con Gin?
-Ya, pero hoy no.
Y cuelga. Miro a Aria, la cual tenía la oreja pegada a mi teléfono para enterarse de la conversación, y eso no es algo nuevo en ella, es algo que suele hacer mucho, da igual quién sea que esté detrás del móvil. Normalmente le pone más entusiasmo si me llama alguien que a ella le gusta o a mi me gusta.
-¿Viene Enzo?-Pregunta Adam desde la orilla, mientras nos acercamos a él. Estamos enteras salpicadas por el agua, pero no del todo mojadas, por que sabemos que con el cambio de tiempo una de las dos caería mala, y nadie quiere caer mala cuando el verano está llegando.
-Sí.-Le  doy mi teléfono para que me lo guarde.- Lo raro es que los domingos siempre está con Gin.
-Se habrán peleado, ya sabes, peleas de parejas, nada del otro mundo.-Hace una pausa y nos señala a Aria y a mi.- Chicas, dramatizáis mucho el tema de que Enzo tenga novia.
-¿Que dices?-Dice Aria, la cual andaba distraída intentando coger una rana pequeña.- Enzo ha tenido alguna que otra novia antes y nunca nos ha supuesto un problema, simplemente es que no tenemos buenas vibras por ella.
-O quizás, estáis asustadas por que veis que esta relación va bastante en serio y os da miedo perder a Enzo.


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