viernes, 21 de octubre de 2016

Breathe

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Hay veces que el mundo es demasiado grande y tu demasiado pequeña. Miras desde abajo con esperanza a todo el mundo, esperando ser igual de grande que ellos; pero nunca serás suficiente. Nunca te verás suficiente.
Por dentro quieres correr, pero sabes que no puedes. Quieres montarte en el primer tren que pase, quieres que todo pare de girar, quieres que las sonrisas dejen de ser falsas, quieres que tu debilidad deje de serlo para que aquellos mismo que llevan esas sonrisas dejen de usarla contra ti. Quieres evitar a todo el mundo, pero a la vez sabes que debes aparentar. ¿Aparentar qué?
Gritar no sirve, pues tus cuerdas vocales se desgarrarán antes de que consigas soltar el grito, por lo que se quedará en un grito en silencio. No sirve esconderse, por que te encontrarán.
No sabes como, pero lo harán.
Tienes miedo, pero nadie puede comprenderlo, nadie puede entender que a veces todo se hace demasiado grande, que todo da demasiado miedo; y que si tu mente no deja de pensar eso solo hará que se haga cada vez más grande.
Quieres respirar; pero sientes que no puedes, quieres tomar cada bocanada de aire como si fuese la última pero solo sientes que cada vez te ahogas más, ¿pero en que te ahogas? Para ellos es un vaso de agua lo que para ti es el peor océano con las peores mareas.
Tienes que sonreír, tienes que decir ''es el momento de tener mi máscara encima''. Te escondes en un ''si no sonrío yo por ellos, si no me mantengo yo ¿quién lo hará?''. Frase de cobardes, para no mostrar tus sentimientos, por que sabes que serán utilizados contra ti.
Tiemblas, y tratas de sonreír y decir que son nervios. ¿Nervios por qué?
Tu mente te sigue diciendo las mismas cosas; ''Nunca serás suficiente, nunca serás nadie, nunca podrás contra este mundo lleno de sombras, simplemente te convertirás en una más, en una más de ellos''.

Y es entonces, cuando crees que nada puede ir a peor, y el mundo te sorprende. Entonces piensas, ''sí, si que pueden''
Y las voces a tu al rededor se vuelven más fuertes que tu propia voz, no sabes que escuchar, que es importante y que no, que esta bien y que está mal, y sobre todo que es lo que te hace feliz.
Todo deja de importar.
La confianza se pierde.
Y las sombras te comen.
Te vuelven todo lo que un día te prometiste que no serías.
Y por mucho que buscas, no hay silencio. 
Solo ruido.

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