martes, 12 de abril de 2016

Cuando la realidad se plasma en una pantalla.

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Soy de esas personas que adora ver series, no me considero seriefila, y es por que me trago más dramas coreanos que cualquier otra cosa. Sin embargo, adoro a ese tipo de series que tienen un poco de todo; fantasía, misterio, sobrenatural, un precioso romance que te haga pensar '¡Ojalá me pasase a mí! Sin embargo me topé con la serie más real, que jamás podría haber visto. Y no tiene nada de esas cosas que antes mencioné, bueno alguna sí, pero es como la vida misma. Cuánto más la veía, más me quedaba con esa sensación en el cuerpo, por que muchas de las cosas que Rachel Earl pensó en My Mad Fat Diary, alguna vez la hemos pensado todos. 


El caso es que esta serie, tiene mucho de mí. Así para contar un poco de esta, es una serie británica, estrenada el 14 de enero del 2013 y acabada tras tres temporadas en julio de 2015. Está basada en el libro 'My fat, mad teenage diary'. La historia está situada en Standford, LincoInshire, en 1996, sigue la historia de una niña de 16 años que pesa 231 libras, lo que viene siendo unos 104 kilos, y que acaba de salir de un hospital psiquiátrico, para comenzar a rehacer su vida, y reanudar su amistad con su mejor amiga Chloe, a la que le hizo creer que el tiempo pasado en el hospital lo había pasado en Francia. 
Es una serie sumamente increíble, con un montón de frases, que me hicieron sentirme identificada, y ya no solo es la historia en sí, si no, la música que es elegida, consigue envolverte muy bien no solo en el ambiente adolescente de 1996, si no en los personajes. Tiene una gran escena que para mí es una obra de arte, y no voy a decir cual es, para tú que estás leyendo la veas y la busques. Así mismo, como que toda esas escenas preciosas, y esa música, y como te presentan los sentimientos de la protagonista, incluso a veces los de su mejor amiga y demás personajes que hace que lo sientas tan reales.
Y es que es así, son tan reales como la vida misma.




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