Todo parece lejos. Tengo ganas de huir de la noche, la cual se ha vuelto traicionera y me espera en la cama antes de dormir todos los días para abrirme las heridas, para así rebuscar en ellas y no dejar que se cierren, con finos dedos de aguja. Siento miedo de la soledad, la cual siempre me mira con esos ojos deseosos, como esperando a estrecharme en sus brazos. No puedo evitar ese vacío...
jueves, 18 de septiembre de 2014
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